El trayecto que todos vemos en un envase es el que hace desde que adquirimos un producto envasado hasta nuestra casa. Lo compramos cuando lo necesitamos, lo utilizamos y lo separamos para reciclar. Pero después, si lo depositamos en el contenedor amarillo, ese envase comienza un nuevo viaje que lo convertirá en otros objetos o, incluso, en un nuevo envase. Un trayecto que se escapa a nuestra vista pero que, por no verlo, no significa que no exista.
Ese viaje que empieza en el contenedor amarillo lo lleva a una planta de selección, donde se separan todos los envases por tipo de material y, desde allí, se trasladan a la empresa recicladora correspondiente para, finalmente, convertirse en un nuevo envase. Ya solo tendrá que llegar al establecimiento correspondiente, que nosotros lo compremos y lo depositemos en el contenedor amarillo para que el círculo se cierre y, una vez más, el ciclo del reciclaje comience de nuevo.
Al contenedor amarillo y vuelta a empezar
Un eslabón clave de esa cadena del reciclaje lo encontramos en las empresas recicladoras. Ellas son las encargadas de convertir los envases ya usados -una vez les llegan desde la planta de selección- en nueva materia prima para la fabricación de otros objetos (como tuberías, mobiliario urbano, ropa…) o envases, pero nada sería posible sin la participación ciudadana y los contenedores amarillos. “El 98% del material que llega a nuestra planta de reciclaje tiene como origen los domicilios españoles”, comenta Joan Valls, delegado de Economía Circular de Ferrovial Servicios. “Recibimos envases PET -el de las botellas de agua y refrescos, por ejemplo- ya separados en las plantas de selección, por lo que cumplen con las Especificaciones Técnicas para Materiales Recuperados (ETMR) necesarias. Tras una nueva selección y un profundo lavado con agua y sosa cáustica, los envases pasan por un separador óptico que mediante infrarrojos nos permite obtener nuestro principal objetivo: los nuevos envases 100% PET monocapa transparentes o ligeramente azulados”.
Cuando los envases vuelven a ser envases
Con las escamas de PET ya listas para convertirse en nuevos envases llega el momento de hacer ese proceso realidad. Las empresas productoras de envases son las encargadas de darles forma siguiendo las necesidades de los clientes para que ese PET se transforme en envases que contengan ese plástico reciclado o, lo que es lo mismo, rPET, con las mismas características que el anterior, y vuelva a ser útil en el mercado. En el caso de la industria alimentaria los supermercados son el principal destino de estos envases. “En ALDI contamos con múltiples envases que contienen rPET en un porcentaje variable, de entre un 25% y el 100% del total del plástico. En concreto, en ALDI fuimos uno de los primeros en reducir el uso de plástico virgen en los envases de bebidas y refrescos de marca propia: los envases de smoothies y zumos refrigerados están elaborados con un 50% de plástico reciclado, las bebidas para deportistas y agua aromatizada, con un 30%, y los refrescos, con un 25% de rPET”, afirma Eduardo Mas, director de Calidad y Responsabilidad Social Corporativa de ALDI España.
Eso, y no otra cosa, es el ecodiseño. Esa manera de diseñar y producir envases teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad y circularidad. Una herramienta esencial para que las empresas pueden minimizar el impacto ambiental de sus envases.
BY diario.es