Como es el packaging que triunfa en el consumidor ?

Hoy en día presuponemos la calidad de los productos. Esto hace que, ante dos artículos similares, el packaging sea el motor de nuestra decisión de compra. Y no sólo respondiendo a criterios como el diseño o la funcionalidad. El packaging es hoy día el mejor soporte para comunicar el compromiso social de una marca. Así, la parte trasera de los envases se llena de detalles sobre el origen de los productos, la lucha de la marca contra la labor infantil en los países productores de sus ingredientes, los certificados que verifican que los materiales del embalaje provienen de bosques de tala sostenible o son compostables, las iniciativas solidarias a las que dedican un tanto por ciento de sus ganancias… Esta información ha pasado a ser sumamente valiosa para un consumidor que exige a las marcas que se alineen con sus valores, y que se lo hagan saber.

 

El packaging es sensual. No hay más que ver la cantidad de vídeos en internet dedicados al unboxing de productos, es decir, a sacarlos de la caja. Detrás de un buen pack que interpela los sentidos está el diseño estructural, una disciplina fundamental aunque menos conocida que el diseño gráfico.

 

Eva Minguella, lo ejemplifica así: “Se dice que el packaging de vino es muy innovador pero no es verdad, es muy clásico: las etiquetas sí son creativas pero, ¿cuántos cambios ha tenido una botella de vino? Pensad en las de zumo, o en los diseños históricos de iconos como las botellas de Coca Cola u Orangina, los grandes packs implican grandes diseños estructurales”.

 

Los expertos en la materia reivindican la potencia del tacto y la textura: “La vista está sobrevalorada. Las texturas son importantes, el gramaje, la calidad, el peso de las cosas. Entre una crema que pesa y una que no pesa… ¿cuál es la buena?”.

 

Hooligans de su envase

El packaging despierta pasiones. Es famoso el caso del (fallido) intento de rediseño de packaging del zumo estadounidense Tropicana. Poco después de su lanzamiento y ante el frontal rechazo de los consumidores, la marca norteamericana de zumo de naranja volvió a su packaging original. Los clientes no aceptaron la pérdida del icono querían encontrar en la nevera su envase de toda la vida y no pararon hasta lograrlo. Con las redes sociales el poder de los clientes no ha hecho más que aumentar.

 

cortesia by : la vanguardia

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