Los consumidores y las marcas son cada vez más conscientes de los daños ambientales y financieros que supone comprar alimentos que se acaban tirando a la basura. Una parte del flujo de residuos que se suele olvidar son los residuos de coste completo, que proceden de productos que se fabrican, envasan y distribuyen sin llegar nunca a venderse y consumirse. Para abordar esta pérdida de manera directa, los fabricantes, junto con los minoristas y los organismos gubernamentales, se esfuerzan cada vez más en implementar soluciones de envasado avanzadas que prolonguen la vida útil de almacenamiento y minimicen los residuos.
Envases diseñados para incrementar la vida útil
Encontrar una forma de reducir los residuos basada en el diseño más que en la tecnología.
Los procesos de MAP, HPP y pasteurización conservan la frescura
Además de buscar materiales y recipientes que conserven los alimentos y las bebidas durante más tiempo, las empresas están explorando soluciones y métodos de envasado más complejos para reducir los residuos.
El envasado en atmósfera modificada (MAP) puede prolongar en gran medida la vida de los alimentos frescos o mínimamente procesados, reduciendo al mismo tiempo el impacto ambiental.
Tanto el EMAP como el MAP recurren a la ‘inyección de gas’, método por el cual se inyecta rápidamente la mezcla de gases correcta en la bolsa y se retira el aire del envase. La tecnología de envasado bajo gases utiliza diferentes películas, que en el caso de productos inertes como la carne, el pescado o el queso actúan como barrera hermética contra los gases. En productos que respiran, como las zanahorias o el brócoli, la tecnología permite la liberación de los gases residuales.
La pasteurización es otro método de eficacia probada para preservar la frescura y la seguridad de los alimentos. El procesamiento a alta presión (HPP) es un proceso de pasteurización en frío cada vez más popular que se utiliza para eliminar bacterias como E. coli y salmonela. Los alimentos se procesan, envasan y tratan a presión, normalmente con agua, a temperaturas de refrigeración. El proceso preserva el color, la textura y el sabor de los alimentos, así como sus vitaminas y nutrientes. Los fabricantes de alimentos pueden aumentar notablemente la vida útil de almacenamiento de sus productos con el HPP, eliminando o reduciendo significativamente los conservantes y los aditivos artificiales y proporcionando un producto más sano y natural.
Etiquetas inteligentes y soluciones sistemáticas
Durante décadas, las etiquetas de caducidad han determinado cuándo debía desecharse un producto. Aunque funcionan, se basan en estimaciones y no en las condiciones reales. Allí donde fallan las etiquetas de caducidad es precisamente donde destacan las etiquetas inteligentes.
Se trata de un salto tecnológico que permite controlar la temperatura y saber cuándo un alimento presenta riesgo de estar estropeado. Las etiquetas inteligentes representan una revolución en la cadena de frío que permite un envío más eficiente y seguro de los alimentos perecederos.
Las soluciones inteligentes ofrecen a los consumidores y los vendedores la posibilidad de realizar un uso más eficaz de los alimentos antes de dirigirlos al flujo de residuos.
By: Interempresas.net