Los orígenes de Arplast
El espíritu audaz y aventurero de la familia Golfe
De cómo nos dedicamos al diseño y fabricación de envases en Valencia
En 1970 Jose Golfe, mi padre, comenzó su andadura en el sector del packaging fabricando estuches para bolígrafos y fundas plásticas para el sector textil en Valencia. Su espíritu apasionado, abierto y emprendedor le llevó a viajar en los años 80 a China, pioneros en la industria del plástico, en búsqueda de ideas innovadoras e inspiración para el sector del envase.
Sus viajes inspiradores a la China y a la Francia de los 80
En una época en la que todavía apenas se sabía de Internet ni que era eso de cazar tendencias, Jose Golfe tuvo que ingeniárselas para estar al día en las últimas novedades de su sector.
Al no tener las comunicaciones tan avanzadas como hoy en día, cuando viajaba a lugares tan lejanos como China, en casa no sabíamos nada de él en 20 días y esperábamos expectantes su regreso. A día de hoy, todavía sigo admirando como un hombre tan campechano era capaz de llegar tan lejos y comunicarse en el extranjero sin conocer el idioma.
A la vuelta de sus viajes siempre venía cargado de ideas novedosas y diferenciadoras para mejorar el envasado y la presentación de los productos de sus clientes. Adaptando las ideas a cada sector, supo ayudarles a destacar en el punto de venta y creció con ellos.
Además durante los 80-90 Arplast fabricó pequeños juguetes de plástico que se volvieron icónicos con el paso del tiempo y hoy en día son objeto de coleccionismo.
Para el envasado de los artículos de sus clientes y de sus propios juguetes, invirtió en innovadoras máquinas de envasado y en la fabricación de blísters de plástico para packaging, lo que sería a posteriori el balón de oxígeno y la piedra angular que mantendrá a Arplast en próximas décadas y hasta hoy en día.
Una mirada visionaria hacia el sector del packaging
Otro momento crucial para Arplast, fue cuando empezaron a proliferar y emerger allá a principios de los 80 por todo el territorio nacional grandes superficies y centros comerciales.
Siempre visionario y atento a las nuevas tendencias de consumo, entre los 80 y los 90, mi padre pronto posó su mirada en Francia, donde comenzaron este tipo de cadenas de grande distribución a nivel europeo. De modo que pronto realizó varios viajes a Perpiñán para inspirarse en nuevos prototipos de presentaciones, ideas que pronto importó a España y presentó exitosamente a sus clientes. Algunas de ellas siguen todavía vigentes, como los Blisters Autocierre.
Mi padre siempre me transmitió su pasión por el packaging y la cultura de innovación. De modo que viajes internacionales y ferias forman parte intrínseca de la cultura de Arplast.
Fdo.