En el competitivo mundo del packaging, destacar en el punto de venta no es una opción, es una necesidad. Y en ese contexto, el termoformado de plásticos se ha consolidado como una de las técnicas más versátiles, eficientes y sostenibles para crear envases a medida, protectores y visualmente impactantes.
Desde bandejas para alimentación hasta expositores publicitarios personalizados para campañas de marketing, el termoformado permite diseñar soluciones específicas para cada producto, con rapidez y precisión.
En Arplast, llevamos décadas ayudando a nuestros clientes a vender más y mejor, desarrollando packaging que no solo protege y presenta, sino que también comunica valores sostenibles, innovación y diferenciación. Este artículo es una guía completa y actualizada para comprender qué es el termoformado de plásticos, cómo funciona, qué materiales utiliza y por qué se ha convertido en la opción ideal para tantos sectores.
¿Qué es el termoformado de plásticos?
El termoformado es un proceso de fabricación que consiste en calentar una lámina de plástico hasta que se vuelve maleable, para luego adaptarla a un molde específico mediante vacío, presión o ambos, dando como resultado una pieza con la forma deseada. Una vez que el plástico se enfría, conserva esa forma y puede ser recortado para formar un envase, bandeja, blíster o cualquier otra estructura útil.
En términos simples, el termoformado convierte una lámina plana de material plástico en un objeto tridimensional útil y funcional. Es una técnica especialmente valorada en el mundo del packaging porque permite producir desde grandes tiradas hasta prototipos a medida en tiempos muy reducidos, con bajo coste inicial y sin necesidad de herramientas complejas como ocurre en el moldeo por inyección.
Lo que diferencia al termoformado del resto de procesos es su flexibilidad. Permite fabricar desde pequeñas piezas técnicas hasta grandes presentaciones para punto de venta.


Proceso de termoformado
El proceso de termoformado puede parecer sencillo, pero está lleno de detalles técnicos que marcan la diferencia entre una pieza funcional y un packaging de alto valor añadido. Estas son las fases esenciales:
1. Selección del material
Elegimos la lámina plástica adecuada en función de su uso, transparencia, resistencia térmica, comportamiento al vacío y requisitos de reciclabilidad.
2. Calentamiento
La lámina se introduce en una estación de calentamiento (eléctrica o infrarroja) donde alcanza una temperatura que le permite deformarse sin romperse, pero sin llegar a fundirse.
3. Conformado
La lámina caliente se coloca sobre un molde. En ese momento, se aplica vacío, presión o una combinación de ambas para que el material se adhiera perfectamente a la forma del molde. Esto define el aspecto final de la pieza.
4. Enfriamiento
El plástico toma forma al entrar en contacto con el molde frío y se estabiliza rápidamente.
5. Recorte
Una vez moldeado y enfriado, el material sobrante se recorta, generando la forma definitiva. Los recortes pueden ser reciclados y reintegrados al proceso, aumentando la eficiencia y sostenibilidad del sistema.
6. Apilado, embalado o impresión
Finalmente, las piezas pueden ser personalizadas con impresión offset, serigrafía o stamping. Este proceso permite fabricar desde grandes lotes hasta prototipos en 48 h.
¿Qué plásticos se utilizan en el termoformado?
La elección del material es crítica. Determina la resistencia, apariencia y sostenibilidad del producto final. A continuación, exploramos los tres más comunes:
Polipropileno (PP)
El PP es uno de los plásticos más versátiles. Es ligero, resistente a productos químicos, ofrece una buena barrera contra la humedad y soporta temperaturas de hasta 120 °C, lo que lo hace ideal para envases alimentarios reutilizables o microondables. Su coste competitivo y capacidad para reciclarlo en múltiples ciclos lo convierten en una elección recurrente para bandejas, blísteres y packaging técnico.
Tereftalato de polietileno (PET)
El PET y su versión reciclada (RPET) ofrecen una excelente transparencia, rigidez y resistencia al impacto. Es la opción más popular para bandejas de pastelería, ensaladas o expositores donde el contenido debe ser perfectamente visible. Además, es 100% reciclable, lo que lo hace ideal en un contexto de economía circular.
Poliestireno (PS)
Más rígido que el PP, pero con menos resistencia a impactos, el PS es muy utilizado en bandejas para productos fríos, cosméticos y presentaciones promocionales. Su buena termoformabilidad permite obtener detalles finos y acabados sofisticados, aunque no es la opción más ecológica. Por eso su uso está en descenso frente a materiales más sostenibles como PLA.
Te invitamos a visitar nuestro catálogo de bandejas termoconformadas, diseñadas para ofrecer una presentación y protección óptimas para tus productos.
Aplicaciones y tipos de envases del termoformado
El termoformado tiene una ventaja clara frente a otras tecnologías de fabricación: su capacidad para adaptarse a múltiples sectores y necesidades. Estas son sus aplicaciones más comunes:
- Alimentación: bandejas para frutas, embutidos, comida preparada o pastelería.
- Cosmética y perfumería: blísteres con diseño personalizado para presentar productos premium.
- Farmacia y parafarmacia: envases técnicos que garantizan higiene y protección.
- Electrónica y ferretería: bandejas técnicas, insertos y protectores con alta resistencia.
- Marketing y PLV: expositores, displays y presentaciones promocionales hechas a medida.
Ventajas del termoformado de plásticos
Las ventajas son numerosas, tanto desde el punto de vista funcional como comercial:
- Bajo coste inicial: Ideal para pequeñas y medianas tiradas sin necesidad de moldes caros.
- Rapidez en prototipado: Podemos entregar modelos en 24-48 h gracias a nuestra matricería propia.
- Versatilidad de diseño: Libertad total de formas, grosores y acabados.
- Personalización total: Impresión 360º y múltiples opciones de decoración.
- Sostenibilidad: Uso de materiales reciclables y reciclados, reducción de mermas y eficiencia energética.
- Compatibilidad con automatización: Las piezas termoformadas son fácilmente integrables en procesos industriales.
Desde nuestro punto de vista, una de las grandes fortalezas del termoformado es que permite unir sostenibilidad, estética y funcionalidad. Gracias al ecodiseño y al uso de materiales como RPET, conseguimos soluciones de packaging biodegradable que no solo cumplen con las exigencias del cliente, sino que también generan una huella positiva en el entorno.




Conclusiones
El termoformado de plásticos se ha consolidado como una de las técnicas más rentables, sostenibles y versátiles para el diseño y fabricación de packaging. Permite desarrollar desde prototipos hasta grandes producciones, adaptándose con precisión a las necesidades del producto y del mercado.
En Arplast, creemos firmemente que el envoltorio es parte esencial de la propuesta de valor de cualquier marca. Es el primer punto de contacto entre el producto y el consumidor, y tiene el poder de enamorar, diferenciar y convencer. Por eso invertimos en tecnología, en personas y en materiales responsables, para fabricar packaging que aporta valor real al producto… y al entorno.
Si estás buscando una solución que te ayude a destacar en el lineal, transmitir los valores de tu marca y contribuir a un futuro más sostenible, el termoformado es, sin duda, tu mejor aliado. Y en Arplast estamos listos para ayudarte a sacarle el máximo partido.