El modelo de producción actual tiene un coste insostenible para el medioambiente y está llevando al agotamiento de los recursos naturales. Para romper con este modelo lineal que ha imperado en el mundo desde la Revolución Industrial, basado en el sistema de extraer, producir, usar y tirar, surge la economía circular, que amplía la vida de los productos para reducir el uso de las materias primas y la generación de residuos. Este modelo, basado en la prevención, la reutilización, la reparación y el reciclaje, permite extender la vida útil de los productos y dotarlos de una nueva vida, en un ciclo que puede ser infinito.
Los expertos remarcan que “pasar a tener ya un 50% de plástico reciclado en nuestra gama más comercializada supone un cambio muy relevante y significativo en sí, porque hay que tener en cuenta que la disponibilidad de resina reciclada es limitada”. “En PepsiCo tenemos un compromiso absoluto con una economía circular de plásticos para asegurar que ningún envase se convierta en residuo, y por ello no nos conformamos y estamos trabajando para incorporar un mayor porcentaje de plástico reciclado en nuestras botellas en un futuro próximo”.
La estrategia de economía circular de PepsiCo se basa, según exponen, en las tres R: reducir, reciclar y reutilizar y reinventar los envases. Y persigue cuatro metas: incrementar al 25% el contenido de material reci en los envases para 2025 a nivel global, un 45% para 2025 y un 50% para 2030 en el caso de botellas de bebidas a nivel europeo; reducir el 35% del contenido de plástico virgen en toda la gama de bebidas para 2025; aumentar las tasas de reciclaje para 2025, a través de campañas de concienciación e inversión en infraestructuras, y diseñar el 100% de los envases para que sean reciclables, compostables o biodegradables también para 2025.
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